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Guns N' Roses - Appetite For Destruction (Reseña)

  • Foto del escritor: Víctor Blanco Tarela
    Víctor Blanco Tarela
  • 13 mar 2018
  • 5 Min. de lectura

Para comenzar con buen pie, haré una reseña de este ya clásico álbum de la historia del rock. Guns N' Roses es formada en el año 1985 en Los Ángeles por el carismático vocalista Axl Rose y el guitarrista Izzy Stradlin. Más tarde se unirá el icónico guitarrista Slash, el batería Steve Adler y el bajista Duff McKagan y publicarán su primer trabajo de estudio: Appetite For Destruction (1987).

Compuesto por 12 canciones, el disco es una clara imagen de lo que el grupo pretendía y más tarde llevó a cabo, teniendo un grandísimo éxito a nivel mundial y llevando a los Guns al más alto nivel en el mundo del rock y de la música.

La primera canción que nos encontramos es Welcome To The Jungle, que rompe el silencio con ese característico riff de guitarras que es acompañado de la voz de Axl y la batería y el bajo. Con un ritmo muy bailable, el tema destaca sobre todo por sus trabajos a la guitarra y voz, de carácter rebelde y cañero, que dan una muy buena primera impresión del disco. De estribillo pegadizo y solos de guitarra demoledores, este tema se convertirá en uno de los más icónicos de la banda.

Después nos llega It's So Easy. Abriendo con el bajo de Duff, seguimos con la tónica general del álbum, con riffs de guitarra y bajo muy pegadizos y una voz algo más contenida. Destacan también el ritmo que transmite y, evidentemente, los solos de guitarra de Slash.

El tercer tema del álbum es Nightrain, con un inicio muy bueno por parte de las guitarras de Slash y de Izzy, uniéndose a ellos Axl a la voz y Duff al bajo, siempre acompañados de la implacable batería de Steve. Tras esta intro, un riff muy contundente nos llevará a la estrofa y a partir de ahí veremos, como en Welcome To The Jungle, el verdadero potencial del dúo de guitarras de Slash e Izzy, destacando las melodías de voz durante el estribillo y los solos de Izzy primero y de Slash después, que tras volver al estribillo, llevarán al final de la canción en el que Slash hará uno de los solos más memorables (e infravalorados) de su carrera musical. Este es, para mí, uno de los mejores temas del disco, del grupo, e incluso del rock duro.

La cuarta pista de este disco no desentona de la temática del álbum, siendo Out Ta Get Me una canción que al no cambiar en estilo, se hace quizás cansina dentro del contexto del álbum, pero individualmente sigue siendo una gran canción. Destaca, como siempre, el trabajo de las guitarras y la voz.

Mr. Brownstone será la siguiente canción, que pondrá de manifiesto una vez más la capacidad compositiva del grupo al traernos un sonido muy en la temática del álbum pero con técnicas muy innovadoras. Slash e Izzy nos mostrarán riffs a dúo muy pegadizos complementados con las líneas de bajo de Duff. Con un estribillo muy bailable y pegadizo, Axl mostrará su voz más macarra en un registro medio en el que se siente muy cómodo cantando. Slash nos dejará otro de sus grandes solos en esta canción, siendo una de las más aclamadas en los conciertos por su carácter rompedor y su ritmo pegadizo.

Llegamos al ecuador del álbum con Paradise City, un icónico tema en la historia del rock que, tras un inicio suave y alegre con melodías muy dulces de guitarra y voz (siempre sin perder el carácter de la banda), sonará el silbato que desatará el caos y la fiesta de la canción, convirtiéndose así en un tema muy macarra y pegadizo del que destacan su estribillo y los solos de guitarra de Slash, grabándose en la memoria de muchos y dejándonos marcados con su estilo tan personal y característico. Este es uno de los temas más reconocidos de la banda.

My Michelle es la séptima pista de este álbum, comenzando de forma similar a Paradise City pero con un ambiente más oscuro, siguiendo con la ya conocida estructura de la anterior canción. Es más una canción de tránsito que otra cosa, destacando la demostración de poderío vocal de Axl y, como no, los solos de Slash que nunca dejan indiferentes, ni siquiera en temas "de bajón" del álbum.

Think About You comienza de forma diferente, entrando directamente en la estrofa, muy corta, y llevándonos al estribillo rápidamente tras un corto solo de Slash. De estructura diferenciada, esta canción es de las más bailables del disco, con un estribillo pegadizo y un muy destacable trabajo de guitarras.

Llegamos a la novena pista del álbum: Sweet Child O' Mine. En esta canción vemos como todos los instrumentos se conjugan a la perfección para conseguir crear un ambiente nostálgico y emotivo en esta pieza algo más suave. Tanto las melodías de voz y de bajo como los ritmos de la batería se quedarán dentro de nuestra cabeza toda una vida, pero los solos de Slash en esta canción demuestran lo increíblemente buen guitarrista que es, adaptándose siempre al contexto y, aún sin una técnica espectacular, demuestra en esta canción que es uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Los solos a lo largo de la canción son considerados de los mejores de la historia y se han grabado a fuego en la memoria de muchos. Esta es una de las canciones más reconocidas de la historia del rock.

You're Crazy, décimo track del álbum, nos devuelve al ambiente macarrero de la banda, siendo este tema versionado en acústico más adelante en el disco Lies, de 1988. Un tema muy bailable del que destaca sobre todo la voz de Axl.

Seguimos con Anything Goes, penúltimo tema que nos deja un ambiente más oscuro y trabajado que en los anteriores temas y que será, más adelante, el que se generarán en los álbumes Use Your Illusion I y II. La mezcla de rock duro y blues de las estrofas contrastan con ese inicio de influencias más psicodélicas y Hendrixianas sin perder nunca el estilo del grupo. Es una pista algo más experimental en cuanto a su composición.

Para terminar el disco, tenemos Rocket Queen. Un tema que, si bien individualmente es muy bueno y hubiera funcionado a la perfección como introducción del álbum, al estar al final pierde mucho valor porque no deja de ser "más de lo mismo", con una estructura muy semejante a Welcome To The Jungle no aporta nada más que ese ambiente macarrero y rebelde al que ya estamos acostumbrados.

Appetite For Destruction, sin duda alguna, es un álbum que ha hecho historia no tanto por la calidad de su música sino más bien por la actitud de los componentes de la banda que, en las presentaciones en vivo, siempre transmitieron una gran energía y dejaron la piel en los escenarios. Es un álbum bastante monótono en el sentido de que no hay grandes cambios entre canciones, pero si el rollo macarra y rebelde es el tuyo y te gusta la música rock en general, este es un disco muy a tener en cuenta que podrás escuchar mil veces de principio a fin y cada vez te gustará más.

Canciones destacadas: Nightrain, Sweet Child O' Mine, Paradise City, Welcome To The Jungle

Nota general: 8'5

 
 
 

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